​giro 

El Círculo constituye una unidad completa, y muestra, al mismo tiempo, la unidad del punto de origen. No tiene principio ni final y es, al mismo tiempo, finito e infinito. El círculo es el espacio de la transfiguración interior y como cualquier forma de arte permite hacer visible lo invisible, apareciendo como irradiación del punto, que es su centro y el principio y final de las cosas.
La bailarina es punto y círculo a la vez, anclada en la inmovilidad vibrante del centro, saboreando la totalidad, esparciendo la vibración a través de su danza.